lunes, diciembre 04, 2006


Tareas propias de las fiestas prenavideñas...
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Hoy llegué a Bogotá, y cual fue mi sorpresa en que se me fue encomendada la misión de "Hacer la Navidad", tarea que había hecho en mi casa de Neiva hace un par de días, pues en la tradición familiar Hacer la Navidad, significa poner el Árbol de Navidad y decorarlo, poner guirnaldas, coronas, luces de colores, y armar el Pesebre (por cierto se nos perdió la Virgen María), ahora debí hacerlo aquí en el apartamento de Bogotá, no se porqué siempre que estoy me piden lo mismo habiendo más personas que pudieran hacerlo, no me molesta sencillamente es curioso.
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Y siguiendo con las tareas navideñas hay una que año con año me es encomendada, se trata de realizar el Dulce de Nochebuena, este platillo es típico de esta región, se trata de un dulce realizado con brevas en álmibar, higos, cáscaras de limón (previamente cocidas), papaya verde secada al sol (literalmente se deja secar en bandejas por un par de días cuidando que no se dañe, esto se hace hasta que la fruta queda como vidriosa), clavos, canela, y el ingrediente principal panela, esto se deja cocer por un par de horas a fuego lento y revolviendo constantemente, se sirve acompañado de Bizcochos de Cuajada y Cuajada (eso si lo compró hecho). La receta la aprendí viendo a mi padre hacerla año con año, desde que tengo memoria, y hace como unos 7 años, me atreví a hacerla y sorpresa me salió, de ahí en adelante soy la encargada de preparar este dulce año con año, pues modestia aparte me queda rico. Este dulce se sirve sólo en Nochebuena se comparte entre la familia, y se regala a vecinos y amigos, así que deberé preparar una buena cantidad; lo único difícil es conseguir los ingredientes, la papaya verde y el higo escasean días antes de llegar la Navidad y no se deben comprar con tanta anticipación pues se dañan.
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Tal vez solo haya una razón para que este año deba delegar parte de la preparación, y es que mi hermana me acaba de invitar hoy a pasar unos diez días en la Heroica, la siempre bellísima Cartagena de Indias, ciudad que al igual que Neiva comparten como ídolo indígena, a mujeres. En Cartagena, es la India Catalina, mujer que en los tiempos de Pedro de Heredia sirvió de interprete y de puente entre los indígenas y los españoles, para muchos esta labor fue desleal para con su pueblo, pero para otros como yo, su intervención pacífica permitió que la transcisión fuese menos cruenta para el pueblo indígena de la Costa Atlántica.
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En contraparte la Cacica Gaitana, (Guatipan) emblema de la ciudad de Neiva, era una guerrera, que al presenciar la muerte de su hijo Timanco en manos del español Pedro de Añasco, decidió levantarse en contra de la ocupación española, para lo cual reunió un ejercito de miles de indígenas que atacaron a los españoles, y capturaron a Añasco, la Cacica le sacó los ojos y lo llevó atado por una herida que ella misma le propino en el cuello por varios poblados hasta que el español murió, el resto de su regimiento fue desollado; ahí empezó la lucha de la Gaitana contra los españoles se reunió con varios Caciques de la región y emprendieron la guerra contra los invasores, lucha que finalmente se perdió bajo el velo de la traición de uno de sus aliados, y ella al verse acorralada por los españoles decidió morir antes de ser capturada, según dice la leyenda lanzándose del Salto del Pericongo.
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Volviendo al tema, Cartagena es una ciudad hermosa, el mar, las playas (para broncearme un poco más), las calles empedradas, las construcciones antiguas, las murallas que muestran las huellas de guerras pasadas, cuando la Heroica tuvo que defenderse de tantos ataques piratas, y los atardeceres al lado de sus murallas definitivamente linda. Es precisamente eso lo que me pone un pero, es esa nostalgia que evoca la ciudad la que en estos momentos me hace dudar de ir o no allá, pues aun no me siento con el ánimo para ir a un sitio que provoca recuerdos, es díficil decirlo.
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Por lo pronto, acepté ir a Cali con una amiga que hace mucho no veo, la tengo olvidada, pero al parecer ella no se ha olvidado de mí, y me invitó, voy a ir un par de días mientras esta la Feria, me sentará bien estar con alguien con quien pueda hablar, mi familia no se ha prestado para eso, sólo me tienen ocupada todo el tiempo, eso puede ser una buena forma el tiempo lo dirá.
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Además estas fechas siempre me han gustado, pues me traen hermosos recuerdos de mi infancia. Ya este fin de semana ya es el Día de las Velitas dedicado a la Inmaculada Concepción, es un día en el que en la noche se ponen velas en los andenes de las casas, en los balcones, se ve todo muy bonito, y es ese día en que en muchas ciudades se inauguran los Alumbrados Públicos, el de Bogotá es bonito, pero el de Medellín ese si que es precioso.
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Después viene la próxima semana la Novena de Navidad, esa si que me encanta, es de las tradiciones colombianas más bonitas, y sobretodo más arraigadas en mis compatriotas, recuerdo cuando niña iba de Novena en Novena (de casa en casa) a cantar villancicos con mi pandereta y por supuesto a recibir el dulce que te daban. Me gusta tanto la Novena que me la sé de memoria, salvo la Lectura para cada día, me sé el resto, como diría Pagliaro, como la canción que me gusta y el poema que me gusta, me los sé de memoria.
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Había hecho otros planes para la Navidad un par de meses atrás, ahora debieron cambiar, y a pesar que todo lo que parece venir es bueno, no siento ganas de disfrutar ni de reír, aun sólo tengo ganas de llorar, estoy haciendo lo que debo, pero nada es igual.