lunes, diciembre 14, 2009

... Hombre preso que mira a su hijo ....

Cuando era como vos, me enseñaron los viejos
y también las maestras bondadosas y miopes,
Que libertad o muerte era una redundancia
a quien se le ocurría en un país,
donde los presidentes andaban sin tapanga.

Que la Patria o la tumba era otro pleonasmo
ya que la Patria funcionaba bien
en las canchas y en los pastoreos.

Realmente Botija no sabían un corno,
pobrecitos creían que libertad
era sólo una palabra aguda
que muerte era una palabra grave o llana
que cárcel por suerte una palabra esdrújula,
olvidaban poner el acento en el hombre.

La culpa no era exactamente de ellos,
sino de otros más duros y siniestros
y estos si, ¡Como nos ensartaron!
en la limpia república verbal y como idealizaron
la vidurria de vacas y estancieros
y como nos vendieron un ejercito
que tomaba su mate en los cuarteles.

Uno no siempre hace lo que quiere, uno no siempre puede,
por eso estoy aquí mirándote y hechandote de menos.
Por eso es que no puedo despeinarte el jopo,
ni ayudarte con la tabla del nueve,
ni acribillarte a pelotazos.

Vos sabes bien que tuve que elegir otros juegos
y que los jugué en serio.

Y jugué por ejemplo a "los ladrones"
y los ladrones eran Policías
y jugué por ejemplo a "la escondida"
y si te descubrían te mataban
y jugué a la mancha y era de sangre.

Botija, aunque tengas pocos años
creo que hay que decirte la verdad
para que no la olvides
por eso no te oculto, que me dieron picana
que casi me revientan los riñones.

Todas estas llagas hinchazones y heridas
que tus ojos redondos miran hipnotizados,
son durísimos golpes, son botas en la cara.

¡Demasiado dolor para que te lo oculte,
demasiado suplicio para que se me borre!

Pero también es bueno que conozcas
que tu viejo calló o puteó como un loco,
que es una linda forma de callar.

Que tu viejo olvidó todos los números
(por eso que podía ayudarte en las tablas)
y por lo tanto olvidé todos los teléfonos
y las calles y el color de los ojos
y los cabellos y las cicatrices
y en qué esquina, en qué bar, qué parada, qué casa.

Y acordarme de ti, de tu carita
me ayudaba a callar.

Una cosa es morirse de dolor y otra morirse de vergüenza,
por eso ahora me podés preguntar y sobre todo puedo yo responder.

Uno no siempre hace lo que quiere,
pero tiene el derecho de no hacer lo que no quiere.

llora no más Botija, son macanas, que los hombres no lloran;
aquí lloramos todos, gritamos, chillamos,
moqueamos, berreamos, maldecimos.
Porque es mejor llorar que traicionar,
porque es mejor llorar que traicionarse.
Llora, pero no olvides...


Mario Beneddetti

P.D. Buscaba algo cuando encontré esté poema tan olvidado, pero tan sentido, que me recordó que el amor siempre aterriza en el ancho mar de la realidad, me refiero al amor en general en este caso el amor que este padre demuestra a su "botija".

Llora no más botija ... son macanas que los hombres no lloran...

1 Comments:

Blogger cara de oso said...

Que la gracia y la bondad reinen en tu corazon, que el espiritu de Dios inunde tu alma y que en tu vida tengas mucha salud y bienestar.

Que hayas pasado una feliz navidad y que el proximo año cumplas todas tus metas que has propuesto.

Te quiero mucho y te quiero ver feliz.

Mis mejorese deseos para ti querida Maira.

8:08 p. m.  

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